Los Miserables
Formación: Santiago, 1990.
Disolución: En actividad
Integrantes: Claudio “Zeús” García, voz y batería.
Oscar “Amapola” Silva, voz, guitarra y bajo.
Patricio Silva, bajo.
Francisco “Fiko” Silva, guitarra.
Álvaro “Tribi” Prieto, voz.
Rodrigo Silva, batería.
Los Miserables, a pesar de pasar por innumerables sellos y distribuidoras, por distintas etapas y cambios de formación, han mantenido un estilo propio e inmediatamente reconocible, donde la letra de protesta y marcadamente ideológica es mucho más importante que los mohicanos o las chaquetas de cuero negro. Si bien han sonado con varios temas en las radios y hasta la banda sonora de una teleserie de TVN, su espacio siempre ha sido el de los marginados, de los oprimidos y de los movimientos sociales, siempre tocando en una toma universitaria o en la cancha de la población.
Los Miserables –junto a otras bandas- son algo así como la conciencia punk de la transición, sacando un disco por año aproximadamente y con bastante variedad, incluyendo discos en vivo, compilados, de covers y álbumes conceptuales. Sus canciones más famosas, como NN, Skada vez peor o El Crack han versado sobre la vida, frustraciones y anhelos de los comunes y corrientes, desde una posición de vida, donde ellos se asumen parte de ese mundo.
El camino de Los Miserables se inicia en 1990, desde la comuna de La Cisterna, en el sur de Santiago, siendo de las primeras bandas que ya no deben enfrentarse a la dictadura, sino que salen a escribir sobre el desconcierto de la democracia y las promesas incumplidas. Su origen poblacional, a diferencia de la generación anterior más avecindada en el barrio alto de Santiago, hace que las influencias del punk callejero de los 80 (Circle Jerks, Cramps, Crass) y de bandas chilenas como Los Prisioneros se noten en su estilo. Tienen eso muy punk que es no poseer escuela musical alguna. La primera formación era con Claudio García, Óscar Amapola Silva y Patricio Silva, tocando por primera vez en el Cuerpo de Bomberos de La Bandera como teloneros de Fiskales Ad-Hok, tocando con instrumentos ajenos y presentando sólo covers.
El primer disco es expresión de esta confusión ante el fin de la dictadura y el comienzo de los gobiernos civiles, llamado “¿Democracia?”, se distribuyó de forma independiente, mano en mano y en cassettes, teniendo inmediatamente seguidores y detractores. Claudio y Amapola militaban en las Juventudes Comunistas y fueron criticados tanto por la música “capitalista” que era el rock como por el uso de bototos de militar. En esta primera etapa, y luego de su alejamiento del Partido Comunista, Los Miserables se acercaron al Movimiento Marginal Guachuneit, un grupo político de la izquierda radical y autónoma de Santiago, nacido en la Universidad de Santiago, con ellos coordinaban tocatas y recitales. Así, de esta manera surgiría la música y letras de lo que sería el segundo disco de la banda y el primero por sello Alerce, llamado “Futuro Esplendor”. Dos recordados temas de este disco son muy claros en la postura de Miserables, “La iglesia de María”, un tema crítico de la Iglesia Católico y bastante polémico; mientras que “Declaración de Intransigencia”, un manifiesto contra el poder y la clase política, se convertiría en uno de los más recordados y épicos temas de la banda.
“Te mataré con amor” de 1994, será el disco que le permitiría a Los Miserables integrarse al circuito masivo del punk, tocando en un recital grande por primera vez, junto a Fiskales Ad-hok y a Ataque 77. De este disco se recuerdan mucho los temas “te mataré con amor”, “detenido por sospecha” y “etarra”, una canción de apoyo al independentismo vasko y a ETA. A pesar de su escasa difusión en medios corporativos, la banda lograría un circuito nutrido de conciertos y tocatas en todo Chile y taloneando a importantes bandas extranjeras que visitarían Chile a mediados de los 90, entre ellas las leyendas del punk y el ska como Los Fabulosos Cadillacs, La Polla Records y Negú Gorriak.
Con “Sin dios ni ley” de 1995, un álbum de covers de bandas punks y contestatarias del periodo, al grupo se integra Tribi Prieto, estudiante de arte de la Universidad de Chile, quién primero haría la carátula de este disco y terminaría por integrarse como vocalista. Este nuevo integrante traería un cambio musical que se evidenciaría en los 2 discos siguientes, siendo mucho más ecléctico el sonido, con muchos aportes del rap, el reggae y el ska. Este sería el periodo de disputas entre Tribi y García –líder desde siempre de la banda; y se evidenciarían en las discusiones sobre letras y música, siendo los contenidos más cercanos a la izquierda radical latinoamericana de los 90 y mucho menos punk. El primer disco de la “era Tribi” sería “Cambian los payasos pero el circo sigue” de 1997, siendo su disco más exitoso hasta ese momento y cuyos temas están muy en sintonía con las protestas sociales que agitaron Chile esos años. Sus principales temas serían “NN” y “Al Paro”, una canción que habla de las tomas de universidades en protesta por mayor financiamiento.
Luego de este disco la banda se afiliaría al sello Bizarro, propiedad de Warner Music, y viajarían de gira por Argentina y luego a España, donde grabarían, en 1998, su disco Miserables, para muchos el mejor de la historia de la banda con canciones como “Skada vez peor” y “Progreso”. A pesar del éxito profesional, la banda tuvo sus dos peores momentos, por una parte García contrae la llamada Bacteria Asesina y estuvo internado en un hospital varios meses (siendo remplazado por Cristóbal González de Santo Barrio en batería durante ocho meses), y en el mismo periodo las disputas con Tribi se volvieron insostenibles y este dejaría la banda, García asumiría así la voz principal de la banda.
Luego de este periodo la banda entraría en una nueva etapa, donde la discografía se hace si bien más prolífica también hay menos producción original. Destaca la aparición en 2000 de un disco en vivo doble, “Retroceder Nunca – Rendirse Jamás”, siendo uno de los discos en un recital en la desaparecida discoteque Laberinto y el otro una presentación acústica de gran calidad. Posteriormente, en 2001, vendría el disco “Gritos de la Calle” que volvería al sonido original de la banda aunque sin mucho éxito de ventas.
Posteriormente saldría “Pasión de multitudes” en 2003, un trabajo motivado por la pasión de García por el fútbol y en el que se mezcla el componente popular y mítico que tiene el deporte en los mayoritarios sectores pobres de la población. El disco fue un gran éxito y tal vez el más popular de la historia del conjunto. Dos años más tarde vendría el turno de “La voz del pueblo”, otro disco de covers y con apoyo de personajes muy ajenos al punk como Camilo Salinas, Amaro Labra (Sol y Lluvia), Ángelo Pieratini (Weichafe) y Luis LeBert, aunque incluyendo a una de sus grandes influencias, el mítico Jorge González, ex Prisioneros.
En el 2004 lanzan su DVD en vivo titulado “Por los que ya no están”, junto a un disco recopilatorio llamado “El ruido de nuestras vidas”, que incluye temas inéditos y versiones clásicas de los temas conocidos de la banda.
En el 2005 lanzan un nuevo disco de covers titulado “La voz del pueblo” (en honor a la frase del Puma Rodríguez en el Festival de Viña durante la dictadura). A diferencia de “Sin dios ni ley” en este disco los temas son de emblemas de la canción de la izquierda latinoamericana, como la Nueva Trova Cubana y Nueva Canción Chilena, incluyendo temas de Víctor Jara y Silvio Rodríguez.
En 2006 lanzan un disco bastante novedoso, “7 pecados capitales”, incluyendo por primera vez instrumentos de bronce e incorporando siete temas de las bandas paralelas de los integrantes del grupo (”Perro Loko”, de Francisco Silva y Patricio Silva; “Tuareg”, de Claudio García; King of Way, de Óscar Silva). Ese mismo año celebran sus 15 años en el teatro Caupolicán de Santiago.
El 11 de septiembre de 2007 lanzan el disco “Luna”, en donde según ellos mismos: “muestran el sufrimiento que hasta el día de hoy viven miles de personas que en aquel 11 de septiembre de 1973 eran niños y debieron vivir una guerra que no era suya”. Así, Los Miserables aun continúan su prolífica carrera, siendo leales a una posición política de la que lejos de ocultar se enorgullecen cada vez que pueden y manteniendo un compromiso con un sonido y lírica contestataria a su realidad contemporánea.